El martes, una amiga me pidió prestada la bicicleta. Tenía un reto: ganarles una apuesta a sus familiares e ir de la Castellana a Usme en la ‘bici’, en un recorrido de por lo menos 24 kilómetros.
Salió a las 5 p.m. de La Castellana. Usó la ciclorruta de la NQS y tuvo que caminar a la altura de El Campín porque las filas para entrar al partido le impedían pedalear. A menos de 11 kilómetros de Usme, estuvo a punto de abandonar el desafío:“¡No puedo más!”, llamó desesperada a sus familiares.
A las 9 p.m., entró a su casa, sudada, dolorida y feliz. En el camino ella se encontró a hombres que le hacían barra desde los buses; a otros menos amables que la cerraron para hacerla caer e incluso a otro que le dijo, “montar bicicleta es pa’ machos”.
Pues no, señores. La cicla también es para ‘machas’ como Blanca y otras mujeres que preferimos la bicicleta. No somos marimachas: somos femeninas pero desafiamos nuestros límites. Tal vez Blanca no sea la primera mujer en haber hecho esta cruzada, pero seguro fue una inspiración para quienes la veían desde un trancón.
David Byrne, ciclista urbano y ex cantante de los Talking Heads, bien lo dijo en su paso por Bogotá: “si más mujeres empiezan a montar bicicleta entonces los hombres, de todas las edades, seguirán el ejemplo”.
Columna de opinión publicada en agosto de 2011 en DiarioADN Colombia.