La embajadora en Colombia de los Países Bajos prefiere andar a dos ruedas, que a cuatro.
Marion S. Kappeyne van de Coppello está enamorada de los árboles de Chapinero luego de vivir dos años en nuestro país, entre aviones, pueblos, ciudades, ‘gente muy amable’, su casa, y su oficina, en La Cabrera.
Su perro negro ‘Quito’ (como la capital del Ecuador) la acompaña desde que vive en Bogotá y como aficionada a la ‘bici’ recuerda, con una sonrisa, que en “Holanda hay más bicicletas que holandeses”.
En su país, “ministros, reinas, todas las personas la usan como medio de transporte”, añade. En nuestra ciudad, ella, en su tiempo libre, cambia el carro por ‘su caballito de acero’; también lo hace una o dos veces por semana, para ir al trabajo.

Marion S. Kappeyne van de Coppello en la ciclovía naranja. Foto tomada del Facebook de la embajada de los Países Bajos en Colombia.
Es amante de la ciclovía de los domingos y festivos porque “no hay carros, no hay motos, no hay ruido; el aire se respira y hay un ambiente muy amigable. La gente se saluda”, comenta.
Disfruta de la ciclorruta de la carrera 11, pero no entiende por qué en algunos tramos finaliza abruptamente: “Se puede ‘ciclar’ y de repente, terminada: carros en todas direcciones y uno no puede seguir”, indica.
Sugiere que la carrera Séptima, con sus seis o siete carriles para carros, también acoja una ciclorruta; y añora más cicloparqueaderos en el barrio.
Ella misma se encargó de instalar uno en el garaje de su oficina, en la calle 93. De hecho, su interés por la ‘bici’ tiene que ver con temas que trabaja desde su embajada, como el cambio climático, el comercio y la sostenibilidad.
Kappeyne van de Copello, llegó a Colombia en agosto de 2008. Le quedan otros dos años más de trabajo aquí. El parque El Virrey y El Chicó son sus escenarios favoritos.
Publicado en El Tiempo Zona y en El Tiempo en octubre de 2010.