Las flores del parque de la calle 80 con 11, en el norte de Bogotá, son custodiadas por un antioqueño con sueños de boxear.
Reinaldo Pinto Méndez, subcampeón nacional del torneo de boxeo juvenil celebrado en 2002 en Sincelejo (Sucre), es el jardinero del parque de la calle 80 con carrera 11.
Pinto llegó a Bogotá hace siete años con el sueño de boxear en su ‘maleta’. Aunque la falta de tiempo no se lo ha permitido, su deseo de pelear en la liga de la capital sigue intacto.
Él trabaja de 6 a.m. a 4 p.m., en el parque de la 80, barriendo hojas secas, removiéndoles la tierra a las plantas, echándoles agua y haciéndoles el ‘redondeo’ -dibujar un círculo en la tierra para que “coja calorías y el palo chupe agua”-.
Aprendió el oficio de jardinero de su abuelo, en Arboretes (Antioquia), su pueblo natal. “Él me llevaba al trabajo y yo le ayudaba a cultivar plátano y yuca. A recoger mango o podar árboles. Yo les echaba agüita a las matas”, relata en su acento costeño.
Con sus dedos largos y delgados, Pinto cuida los agapantos, vincas, hortensias y chiguas (similares a los helechos) del parque. “Todas las flores me gustan, hasta el prado; como dicen en mi pueblo, la hierba. Me encanta la jardinería”, afirma.
Pinto alterna el boxeo con la jardinería, sin que riñan. Cambia sus guantes rojos por los grises; deja la velocidad de sus manos en el cuadrilátero y trata con suavidad las flores. Así lo ha hecho desde que comenzó a practicar el deporte de ‘las narices chatas’, a los 14 años.
Hoy, con 26 años, entrena en las madrugadas trotando en su barrio, Gustavo Restrepo. Y les da clases a niños de El Tunal los domingos. “Entrenamos de 9 a.m. a 3 p.m. A veces terminamos a la 1 p.m., y yo me quedo jugando fútbol o básquetbol”, dice.
“Les explico a los niños que no vayan a pelear, que el boxeo es un deporte. Porque muchos lo cogen para pegarle a otros”, añade. De ese modo, Pinto les enseña a sus pupilos lo que aprendió de su entrenador Eduardo Martínez, alias ‘la escuela’: “El boxeo es un disciplina. Yo no soy agresivo. Nunca le he metido la mano a nadie, sólo en el ring”, concluye.
Nota publicada en El Tiempo.com y en El Tiempo Zona, en mayo de 2011.