Dos días en Ámsterdam, la ciudad con más bicicletas que habitantes

El domingo pasado, como ocurre desde el 2009 en los últimos días de abril, la ciclovía de Bogotá se pintó de naranja para celebrar una de las fiestas más importantes de Holanda: el Día del Rey, que, antes del 27 de abril de 2014, era el Día de la Reina y caía un 30.

Tuve la oportunidad de viajar a Ámsterdam para esa fiesta nacional hace dos años. Tal vez iba con la esperanza ingenua de ver un desfile en bicicleta, como el de Bogotá, para honrar a la realeza. Llegué en la mañana y el suelo de las calles aledañas a la plaza principal estaba sucio con trozos de papeles naranja, y blanco, azul y rojo, los colores de la monarquía y la bandera holandesa, respectivamente.

En la plaza principal, la plaza Dam, había personas disfrazadas con pelucas, bufandas anaranjadas, coronas inflables o de cartulina, que seguían la transmisión de la coronación del rey Guillermo-Alejandro en pantallas gigantes. Lo que parecía la guardia real entonó un par de canciones, pero ni asomo de la calle de honor en cicla.

Claro, no hacía falta esa demostración. La ciclovía es permamente en Holanda. Un miércoles allí es como un domingo o un lunes festivo en la avenida Boyacá o en la carrera Séptima en la mañana. Son pocos los carros -aunque los hay, sobre todo parqueados- y los ciclistas más rápidos adelantan con destreza a quienes no avanzan a su velocidad.

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Yo alquilé una cicla para conocer la capital constitucional de los Países Bajos al día siguiente de la gran fiesta del Rey. Los scooters (ciclomotores o motos pequeñas) circulaban por el mismo carril que el de las bicicletas, y los ciclistas eran muy rápidos e impacientes: se enfurecían si por accidente me hallaba en contravía o si me estancaba en la vía. Creo que en ninguna otra ciudad, ni siquiera en Bogotá, los ciclistas se habían exasperado con mis titubeos o mi ritmo inseguro.

Visité el parque Vondelpark, y por recomendación del negocio donde alquilé la bicicleta, me tomé una cerveza en el molino Gooyer, después de asegurarme de poner bien el doble candado, cosa que también me habían aconsejado en el local, porque es común el robo de ‘bicis’: al año, entre 50 mil y 80 mil son hurtadas.

Como Bogotá, Ámsterdam no es perfecta: los carros se mal parquean en la ciclorruta, los peatones la invaden -¿serán los turistas?- y los ciclistas tienen el temperamento de los conductores de carro rolos. Sin embargo, Bogotá podría aprender de su hábito de pedalear a diario, los 30 días del mes.

A propósito de usar la bicicleta todos los días, varios ciclistas en Bogotá y en Bucaramanga hicieron público en Facebook su compromiso de pedalear los 30 días del mes de abril, por una iniciativa que nació en Mineápolis en 2010 y ha sido replicada en otras ciudades. Ahora es turno de competir en Europa. En mayo empieza el reto ciclístico European Cycling Challenge, para comprobar, con aplicación de por medio, cuál es la ciudad más ciclista. En 2014 ganó Varsovia. ¿Quién pedaleará más este mayo?

Entrada publicada originalmente en Yo prefiero la ‘bici’, en DiarioADN.

2 responses to “Dos días en Ámsterdam, la ciudad con más bicicletas que habitantes

  1. Buenas! solo quería informarte de que hay algunas imagenes
    que no me cargan correctamente, aunque no se si es de
    la página o será mi internet.. aunque lo he probado
    en varios navegadores y me seguia pasando lo mismo. De todas formas, felicitarte por el contenido :
    )

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